2005-01-24

Sta. Agnès. Hogar dulce hogar

Nuestro motivo para venir a la Guayana ha sido siempre el de poder comprarnos una casa. Estas Navidades estábamos ya preparados para empezar la búsqueda. El objetivo era marcharnos con la compra hecha. Buscamos por todas partes: casas y terrenos. Pero todo estaba demasiado lejos de Barcelona o era demasiado caro. A Ruth siempre le ha gustado el pueblo de Sta. Agnès de Malanyanes (a 1 Km del pueblo de la Roca), el pueblo está experimentando una gran expansión y hay muchísmas casas en venta, pero muy caras. Una constructora americana ha comprado casi todos los terrenos del pueblo y está construyendo a destajo. Sin embargo, el destino nos llevó a dar una vuelta por el pueblo, simplemente con el ánimo de conocerlo. La casualidad también puso de su parte y nos llevó hasta una inmobiliaria casi inadvertible. Ruth ni siquiera quería entrar, no tenía ninguna esperanza. Nos enseñaron una casa que estaban construyendo justo al lado y a Felix y a la madre de Ruth (que estaba con nosotros por casualidad) les gustó mucho (sobre todo la forma de pago). Fuimos a buscar por otros sitios para ver si el precio se ajustaba más, pero siempre la comparábamos con esta casa, que estaba mucho mejor situada, construida y mejor de precio. Finalmente nos acabamos decidiendo por la casa de Sta. Agnès. La negociación con el constructor y uno de los socios de la inmobiliaria fue dura. No por desacuerdos económicos, sino por lo cansinos que son y el frío que nos hicieron pasar, que cada vez que íbamos eran 2 horas de charla en la obra explicándonos su vida. Son gente de "poble", y creemos que les hacía más ilusión a ellos vendernos la casa que a nosotros comprarla. Firmamos el contrato la última semana y volvimos a la Guayana con la misión cumplida y la cuenta corriente tiritando.