2004-06-27

Volando voy, volando vengo

Esta vez era el turno de Felix. Oscar siempre buscaba a gente para pasear en el avión. Felix era el único que aún no había probado. Así que cogieron el avión y se pusieron rumbo al "Barrage du Petit-Saut" (la Presa del pequeño salto). Tardaron unos 20 minutos en llegar y lo que vieron fue muy bonito. Vieron la presa y el pantano que se había creado a raíz de ella. Además muchos árboles habían muerto porque se les había podrido la madera, era un auténtico cementerio de árboles. Felix no había desayunado nada porque tenía que coger el avión y tenía miedo de potar. Efectivamente se mareó aunque el piloto era excelente, pero como no tenía nada en el estómago no dió ningún espectáculo. Les llovió algo por el camino, pero nada que les obligara a volver a Kourou. En el viaje de vuelta al aeropuerto de Kourou Oscar le dejó un poquito los mandos a Felix y pudo probar lo que se siente llevando un aparato de éstos, y no se estrellaron. Al aterrizar llovió otro poco y cuando bajaron del avión tuvieron que ir corriendo para ponerse a cobijo porque empezó a llover al estilo guayanés.